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miércoles, 7 de junio de 2017

Viajo a Barcelona arrastrando a Varsovia en la memoria. Primavera 2017.


Irse, volver. Siempre arrastrando ciudades detrás de uno. Esta vez me fui a Barcelona arrastrando Varsovia.
En las Nubes me siento como en casa. Es el vientre perfecto de donde estoy obligado a salir para volver a la realidad de la tierra.
Adiós Varsovia. Un gusto. Un amor nuevo  e húmedo como el río Vístula; tan romántico como aquellos nocturnos que escuché íntegros en el museo Chopin.

Hubo cosas que no me gustaron de Varsovia. NO SCHENGEN...

Esta imagen en el aeropuerto, de NON Schenguen me parece un despropósito. Yo fui un tiempo NON Schengen (1999-2004).Tenía un pasaporte cubano con el cual tuve que pasar por París, Lisboa, Bruselas, Milán... No es agradable que a alguien le señalen la diferencia, ni le obliguen a tener que coger por un pasillo, no por hacer algo raro o cometer un delito, sencillamente por no haber nacido en el lugar "adecuado."

Ponerlo tan grande y grotesco es algo desagradable que no me gustó verlo en "Modlin Airport" de Varsovia. Aunque yo hace muchos años soy Schengen, siempre me dan ganas de entrar por ese lugar por pura solitaridad y no me dejan ('estoy pensando en llevar el pasaporte cubano caducado'). Lo juro. 

Me gusta ser diferente por llevar lentes azules o rosado y ser negro; o por escribir sobre lo que otros no escriben. No por tener un pasaporte que privilegia mi estatus en Europa y humilla a otros NON Schengen. Mi abrazo a todos, no hablo solo de refugiados.