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martes, 16 de mayo de 2017

Salvador Sobral canta a Pessoa. Le gusta Chet Baker y gana Eurovisión.

Eurovisión es un programa  que no me gusta. Incluso soy muy crítico con él, VOMITIVO es lo más suave que he dicho. En cambio, el hecho de que ganara un cantante que construyó su carrera en bares y clubs de Barcelona durante dos o tres años tras vivir en Mallorca, como tantos amigos que tengo y acompaño hoy día,  devuelve la esperanza de que ese horror de Eurovisión sirva para algo.
En el períodico ElPaís dicen con acierto:

"Algo que ya había demostrado en su único disco, 'Excuse me.' De Sobral.

Le gusta al último ganador de Eurovisión hablar de Chet Baker. Tal vez sea su mayor influencia. De él adquiere el toque de cool jazz, ese estilo refinado, que es seda para los oídos. Excuse me sale de ahí, pero tiene carácter portugués. Sobral baña casi toda su música en una sugerente mezcla de fado ligero y bossa nova, siendo capaz de unir las orillas del Atlántico en sus canciones. En Nada que esperar, cantada en español, el fado y el jazz de cabaret se asocian para terminar haciendo un guiño al Cucurrucu Paloma del brasileño Caetano Veloso, al que recuerda en varias ocasiones."

Me aproximo a este cantante que pasó por Barcelona como tantos miles que hay hoy. No recuerdo haberlo visto nunca a pesar de gustarnos  las misma forma de vida y amar Chet Baker y a Pessoa con el mismo amor. Eso aunque me joda, o sea, conocerlo, se lo debo a Eurovisión. Suerte Sobral no te muevas ni un milimetro de lo que eres. 

Lo que no dice ElPais que además de Pessoa y Chet Baker a ti seguro te destroza la vida nuestra portuguesa 'Lula Pena.' Ese minimalismo de afrontar tu estilo, el tuyo y el de tu hermana, se lo ví a ella en Lisboa.

Ya sabe Televisión Española donde hacer los casting para ir a Eurovisón... Darse una vuelta por Sevilla, Madrid, Barcelona o San Sebastian y buscar entre bares y cantinas las marillosas perlas musicales (que nos) y se ganan la sobrevivencia por 20 30 o 50 euros la noche cuando hay suerte. Muchos tocan para pasar la gorra después. Y televisión española (en minúscula) gastándose 400 mil euros en buscar y llevar un concursante...