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sábado, 11 de abril de 2015

"Adórenla como Martí." Un bolero para los sucesos violentos de la Cumbre de Panamá.

Esta canción (bolero patriótico)  poco conocida del compositor e intérprete cubano  Arsenio Rodríguez Scull;  es quizás, lo único que se me ocurre aportar para alcanzar la calma reflexiva, tras ver cómo el castrismo provoca y golpea a opositores en la Cumbre de Panamá. Tengo claro, que los provocadores no son los opositores. Para ellos, mis respetos por arriesgarse a esto, e ir de todas formas.
Mi rechazo rotundo a todos lo que igualan a los castrista y a los opositores. Con esto último,  se dejan embaucar con las tesis castrista de que todos son iguales lo de aquí y los castristas de allí. Firmo bajo los muros de Enrisco, Quesada, Ernesto  y Boris Larramendi quienes tienen claro esto. "Hago pis," en los muros donde se ondea y vanaglorian de los grandes cambios; inexistentes en Cuba.

Por cierto, llevo más de 16 años en Europa, he vivido y participado en muchas manifestaciones; la imagen de un país no cambia por golpizas y palizas de sus ciudadanos. 
En los países más desarrollados de Europa ocurren sucesos peores entre extrema izquierda y neonazis.  No entiendo a quienes se sienten avergonzados de ser cubanos por esto. No lo aplaudo, pero ocurrió y no pasa nada. Esto que no intimida a quienes no tienen miedo.
Yo detesto al castrismo que lleva 56 años de dictadura, no a sus pacíficos opositores.

La miel es más dulce que la sangre; Dalí...o Miel de Boris Larramendi...

En febrero de 1927, el joven Salvador Dalí comienza su servicio militar en Figueras. Durante esa primavera alcanza su apogeo la relación con Federico García Lorca, con quien colabora en los decorados y figurines de su obra dramática "Mariana Pineda". Pinta entonces un lienzo fundamental para lograr lo que sería la formulación de su propia estética: "La miel es más dulce que la sangre". Aparecen los fantasmas eróticos de la adolescencia, desde la forma mutilada de una mujer y la silueta de un burro. "La miel es más dulce que la sangre" toma su título prestado de una frase de la pescadora, Lidia, que explicaba así el predominio de los afectos amorosos por sobre la voz de la sangre.
A mí este título vampirezco me recuerda una canción de Boris Larramendi: Miel, que hace referencia directa al sabor útil de la relación sexual. Sentirlo como miel es tener conciencia y la felicidad del gusto en sí mismo. 
Nunca había unido a un amigo tan cercano como Boris, a un artista universal como Dalí, eso da fe de que me crié, intelectualmente con genios y los extraño de Barcelona a Miami. De ese tamaño.