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domingo, 14 de diciembre de 2014

Tres últimas obras de arte de mi hija Maya.


Consideradas por mí como obras de arte,  no son más que el reflejo de un día otoño invierno descansando en casa junto a mi hija que no le apeteció salir. 
Yo le quité el Ipad de las manos y la tele y decidió crearse un universo paralelo tras hacer conmigo los deberes del cole.

Esta primera obra que encabeza el post  me dice que  se llama "Luna Mariposa."
Le pregunto -¿Maya, por qué le pones Luna Mariposa?
Respuesta: La madre se llama Luna y el bebé Mariposa. El pápa se llama Arsenio. La máma esta hablando y dice: -Hola.
Es curioso, ayer después de mucho tiempo sin vernos su madre ella y yo juntos por más de dos horas, nos vimos por una circunstancia especial de despedir una amiga que se fue a Cuba. En el aeropuerto. Creo que mi niña dejó testimonio de ese azar, aunque eso me lo dirá Cristiana Robaina Márquez, la psico esencial, personal.

La siguiente es técnica mixta. Hay macarrones y espaguetis en forma de flor cuya metáfora me parece profundamente creativa. Trazos de crayola y acuarela completan este paisaje que ella decidió poner bastante surrealista: El peleador del Xian. O sea, el nombre de su mascota. No le pregunté, ella nació también en estas tierras dalilianas. 
La tercera es una obra con título para hacerme más feliz: Pápa te quiero mucho.

EXPO. LE MONDE À FLEUR DE PEAU DE SARAH CARON

      Bâteau fantôme, Mékong, 2005.
(Texto aparecido en París MaTch donde me citan directamente en francés, hace como mínimo gracia.)

Grand reporter et photographe au talent exceptionnel, Sarah Caron occupe une place à part dans l‘univers du photoreportage. Elle expose en ce moment au Musée de la photographie de Mougins.
Cela fera bientôt vingt ans que cette  jeune femme à la svelte silhouette et à la voix ferme et douce promène ses objectifs à travers le monde : Cuba, Pakistan, Chili, Afghanistan, Myanmar, Etats-Unis, Espagne, Cambodge, Niger, Indonésie, Thaïlande, Israël, Palestine… Nombre de ses reportages ont d'ailleurs été publiés dans Paris Match.
Sarah Caron est souvent au cœur de l'événement, comme en 2007, seule journaliste occidentale à pouvoir  rencontrer Benazir Bhutto lorsque le président Mucharraf décrète l'état d'urgence au Pakistan. Mais, comme le raconte Caroline Mangez, rédacteur en chef de notre magazine et son amie, « Elle ne fonce pas droit sur l’actualité, elle tourne autour. Se cherche dans des histoires méconnues sur la condition des hommes et des femmes dans le monde. » Et ajoute : « Elle rapporte des images de personnages en mouvement, ces ambiances un peu mystérieuses, qui sont l’une de ses marques de fabrique. Ce qu’elle cherche : palper l’âme des gens, ou bien ces fantômes qui plombent ces zones de guerre, passées ou présentes, qu’elle arpente. »

Et, comme le souligne très justement Arsenio Rodriguez Quintana dans le catalogue de l’exposition, ses « images ne disparaissent pas quand on a cessé de les regarder, elles s’arrêtent dans notre conscience car le niveau de suggestion dramatique avec lequel elles furent prises, invite à réfléchir sur ce qui est en train de se passer, sur ce qui est arrivé avant et sur ce qui va se dérouler après la photo. L’esthétique de ces images et la créativité toute droit venue de la lumière se répandant dans chacune d’entre elles, nous font oublier que beaucoup furent prises dans des lieux de conflits armés ou religieux. » Pour l'écrivain, cette exposition permet aussi de mesurer la capacité de Sarah à transformer un paysage réel en oeuvre picturale : « “Bateau fantôme” me rappelle les tableaux du peintre anglais William Turner obsédé par Venise. La pénombre s’entretissant dans la photo, entre le bateau et nous, semble être le complice du silence et du trafic illégal, ce qui exige de ne pas avoir de lumière. »
Une odyssée intérieure au cœur du monde à ne surtout pas manquer.
Découvrez ici les premières photos de l’exposition.
Le 19 mars 2012 | Mise à jour le 19 mars 2012
BENOÎT LEPRINCE
Exposition Sarah Caron « Je me souviens… »
Musée de la photographie André-Villers de la ville de Mougins,
Porte Sarrazine – 06250 Mougins, Tel:+33 (0)4 93 75 85 67 museephoto@villedemougins.com
Jusqu’au 3 juin 2012.


Pollo de Pota Blava: Feria Avícola del Prat de Llobregat con mi hija.

Fue en un texto de Gabriel  Garcia Márquez donde leí que llevó a su hijo a su  Colombia natal desde Europa (Barcelona y París)  donde vivió y escribió varios años decisivos de su carrera literaria antes del Nobel,  cuando su hijo le dijo que no había tocado y visto una vaca real. 
Quizás por esto y por la voluntad de que mi hija conozca los animales conmigo, (con el cole va a Granjas y Masías una vez al año)  la llevo por segundo año consecutivo al Prat de Llobregat. Donde exponen todas las variedades del Pollo de Pota Blava, pollo de pata azul en castellano. Típico y bello de esta región de Europa que se cría en libertad y comiendo ceriales como toda la vida y no encerrado. Oírlo cantar desde afuera no sólo emociona a mi niña sino a todos los que vienen aquí.  
"El pollo de raza Prat es la única raza de pollo de España que ha recibido la indicación geográfica protegida (IGP) de la Unión Europea, y cada pieza se comercializa con una etiqueta numerada y acreditativa de esta condición."
Junto con las espléndidas  gallinas y pollos también se pueden ver y oler de cerca las famosas alcachofas del Prat que prometo hacerle a mi hija si alguna receta amable me seduce....
Mientras toda esta comida ecología llega, no voy a mentir aqui, mi hija prefiere ahora  un algodón de azúcar inmenso que termino comiéndome casi todo...
La nota negativa es que este año no hubo caballos y ponnys por un virus. 
Hoy Domingo se acaba, comenzó el viernes.

Alejandro Dumas me recomendó la sopa de cebolla en París.



El título de este post, es pedante. Intenta impactar al lector desde el inicio. Ese no es mi tema, aunque es mi post. Además, es falso. Es cierto que lo leí en Los Tres Mosqueteros, pero esa novela cuando llegué a París fue en lo último que pensé, debo confesar que estaba más interesado o tenía más presente los poetas como Lamartine que Dumas. Ese título  de este post es un tipo de pedantería que no quisiera cultivar en este blog y me encantaría que cuando se me vean cosas así me las dijeran sin problema.
En fin, fue Sarah Caron, Roberto y Odette Manchón, quienes me acogieron en sus nidos en mi primer París, fueron éstos los que me indujeron a que comiera comida tradicional francesa, cuando les dije que la sopa me encantaba me señalaron un sitio en el mapa, en el mismo barrio latino  donde algunos señalan que también lo hizo Julio CORTÁZAR. No se equivocaron, pues he repetido en la decena de veces que he vuelto ha París en los últimos quince años. Tomar sopa, comer caracoles de Borgoña (rellenos de mantequilla ajo y perejil) y visitar la tumba de Odette  en el barrio XV, es una ritual de cada visita, es un eje esencial del nacimiento de mi paladar en Europa.
Debo decir, que igual o mejor que esta sopa la tomé con mi hija en Praga, toda ella metida en un pan duro... Pero ese será otro post.
Por suerte esta niña que me deja parte de su alma para que viva, me pidió que le hiciera sopa de Galet. En eso salió a mi.


Sopa de cebolla a la francesa”, una receta exquisita, tradicional y básica en cualquier cocina que se precie. Un plato delicioso y sencillo que puede ser un primer plato en Navidad o plato único. Esta sopa tiene una gran historia, según el escritor de “Los tres mosqueteros”, el francés Alexandre Dumas, era “una sopa muy querida de los cazadores, gente de mala vida y venerada por los borrachos”. Como veis una receta económica del pueblo aunque fue Estanislao Leczinski, antiguo rey de Polonia y apasionado de la gastronomía, el que descubrió esta sopa tradicional en una fonda francesa y tanto le gustó su sabor delicado que no paró hasta hacerse con la receta. Desde ese momento adquirió fama y popularidad en la corte y más tarde se convirtió en el plato obligado con el que terminaban las juergas nocturnas parisinas, de ahí la cita de Dumas.



–Sírveme un poco de té –susurró. Él levantó la taza y se la tendió. –De tu boca.
Yasunari Kawabata.


Post relacionados: Alejandro Dumas era negro...



The Woman in red: Yara embarazada



Vermell,  es rojo en catalán, es el color que más le gusta a mi hija. Ella no sabe, que la mejor foto que pude hacerle a su madre durante el embarazo fue entrando a una exposición en CaixaForum. Llevaba, un vestido rojo intenso y la hinchada de Maya dentro nadando  desesperadamente para  salir de su vientre, le añadía una belleza única, de vientre.
Después de desayunar juntos cerca del mar, me fui tarareando una canción muy simple Rock pop de Steve Wonder, "The Woman in red" que hablaba de una chica con  vestido rojo. 
La canción estaba en una banda sonora de un filme del mismo nombre, que Wonder convirtió en un hecho político cuando le entregaron un Oscar,  y él se lo dedicó a Nelson Mandela, que aún estaba preso en Sudáfrica en pleno Apartheid… 
Ya pasó un año de la muerte de Mandela.