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miércoles, 17 de septiembre de 2014

El cubano Alexandre Arrechea conquistó New York.

Gracias al ensayista y crítico de arte, Dennis Matos conocí en el Art Basel Miami Beach hace dos años a Alexandre Arrechea. Después de un encuentro casual en las calles aledañas a esta feria de arte, entramos al recinto principal por ir con ambos. Lo impactante, fue ver estas obras relativas a los rascacielos de New York cuando yo acababa de regresar precisamente de esa ciudad tres días antes, y desde el piso 86 del Empire State Buildind había visto caer la tarde mirando el Rockefeller Center con su piel metálica única. Alexandre había  manipulado los rascacielos  (Rockefeller y otros) como serpientes o mangueras de bomberos con una poética totalmente nueva para mis ojos, algunas de estas excelentes piezas  que vi allí, veo que forma parte de la expo de mañana para suerte de quien pueda ver esta relectura de rascacielos en su contexto natural.
Una amiga cubana, Conchita, que murió en Miami, decía cuando uno tenía un acierto: ¡luz y progreso!... Eso es lo que deseo Alexandre.

El artista cubano inaugura en Park Avenue de Nueva York'No Limits' 10 esculturas gigantes de edificios famosos de la ciudad en su primera instalación pública en Estados Unidos.

(Impacto en prensa sobre esta expo seleccionados por mí y fotos colgadas por Alexandre en su muro de fb)

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Bryan Derballa for The Wall Street Journal
Alexandre Arrechea with one of the sculptures along Park Avenue that make up his 'No Limits' installation.
It's hard to top the New York City skyline, with its Oz-like landscape of iconic buildings that seem permanently set to a Gershwin tune. But starting this week, two very different public art projects will put their own singular spin on the city's classic architecture.

I



Manhattan Gets Another Public Art Eyesore

He calls this series No Limits, just like the powers of the imagination. Arrechea could’ve done a better job stretching those limits; there’s crazier things to dream about than the Empire State building. Many of these sculptures are whimsical—some of the buildings appear coiled like firehoses, and some look like spinning tops. The tops (Citigroup and MetLife buidings), are mounted to ball bearings, so anyone can spin them from their base. Woo hoo?
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We're fairly certain art does not need to pay more attention to Citigroup and other large corporations, but we’re sure some employee will find Arrechea’s sculptures charming. Lucky for him or her, Arrechea’s gallery has smaller versions of No Limits offered for sale.










El Cultural
A Alexandre Arrechea (Trinidad, Cuba, 1970) le gusta sentir el vértigo en las tripas que conllevan los desafíos. Se le escapa la risa, habitual en él, aunque hoy es algo más nerviosa, lógica si tenemos en cuenta que hoy inaugura en Nueva York uno de sus proyectos de arte público más importantes, el primero de esa escala en Estados Unidos. Diez esculturales gigantes se han instalado entre la 53 y 67 de Park Avenue, interrelacionadas con la emblemática arquitectura neoyorquina y su entorno. "Surgió al enviar una propuesta al The Sculpture Committee of The Fund for Park Avenue. Esta institución anualmente recibe propuestas de muchos artistas para realizar un proyecto de escultura urbana para mostrase a lo largo de Park Avenue. La mía fue elegida por unanimidad", explica.


Tailandia censura la novela 1984 de George Orwell.

Tailandia censura lectura de 1984, de George Orwell. A mi que los jóvenes en Tailandia tomen un libro como este para hacer resistencia a un dictador, me parece realmente maravilloso. Esto es una noticia para quienes aún viven el día a día de una dictadura tomen un buen ejemplo.

El reconocido texto 1984, de George Orwell, es una lectura vetada por la dictadura militar que gobierna Tailandia desde mayo pasado. El clásico libro se ha constituído en un símbolo de resistencia para los opositores del régimen que posicionó como primer ministro, en una asamblea llena de militares, al general Prayuth Chan-Ocha.

La lectura, anuque no ha sido prohibida oficialmente, no se encuentra en las librerías más populares, pues la policía, en su intento por evitar organizaciones y movimientos contra el gobierno militar, ha perseguido a quienes se muestran en la calle leyendo la novela de Orwell.

“No tenemos ningún ejemplar a la venta, podríamos tener problemas con la policía”, afirmó una vendedora de la librería Asia Books de Asok, popular en el centro de Bangkok.

Sin embargo, otras tiendas de libros han intentado vender ejemplares camuflando la cubierta con cinta aislante de color negro.

1984 es una novela distópica que narra la la dinámica de un Estado donde las autoridades pretende ejercer un poder absoluto sobre la población y buscan controlar totalmente el pensamiento de los ciudadanos. La descripción de la novela ha sido utilizada por opositores para cuestionar el dominio de la casta militar en Tailandia, comparando las circunstancias y los hechos.

Tras el golpe militar grupos de jóvenes de no más de 5 personas (para no desafiar la norma que prohíbe reuniones que superen ese número) se sentaron en las aceras de Bangkok a leer la novela de Orwell y desplegaron un cartel con la imagen del general Chan-Ocha y una leyenda que rezaba: “Tailandia 1984”.

La protesta pacífica ha sido perseguida por policías y militares. Champ, estudiante de 20 años que se manifestó, comentó su experiencia: “Estaba leyendo la novela y comiendo un sandwich frente a Siam Paragon (famoso centro comercial de Bangkok) y fui arrestado. Un funcionario de mi universidad fue quien me ayudó con la policía, pero podría haber ido a prisión”.