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domingo, 10 de agosto de 2014

Un día no se llamará Mediterráneo, sino Serrat /Melomanías

Maya jugando en Casa por la fecha de su cumple, julio.
Roma, New York, París, tres viajes disfrutados con ella.
Falta el reloj de Praga...
El Mediterráneo no es triste, es el mar. Pero el mar puede ser triste, o la idea de humedad que tenemos...  Entro en la Ronda de Dalt, en Barcelona y la canción Mediterráneo, de Serrat, comienza a sonar desde mi usb cuando me incorporo en una serie de túneles,  llevo gafas de sol, está oscuro.
El texto me introduce en otro túnel del tiempo y voy directamente al malecón habanero, a la desembocadura del río Almendares, exactamente por detrás del Vedado Tennis Club. Me encuentro con el edificio de 12 y Malecón donde filmaron parte de la película Fresa y Chocolate y el sitio adonde me llevé por primera vez a mi sobrino, Hansel,  a ver el mar. Seguidamente soy más pequeño, y veo a mi madre a quien le encantaban Los Zafiros y The Beatles, cantar casi de memoria Mediterráneo,  que estaba de moda en la isla en todos los programas de radio.

"Serrat canta por vez primera en Cuba. Es en el mes de Junio de 1973, (...) actúa con gran éxito en La Habana en el Teatro Amadeo Roldán. Luego, en el parque Lenin de  La Habana reúne a más de 20.000 personas. Visita Cuba, por invitación del Consejo Nacional de Cultura. Hubo también recitales en Santiago de Cuba y en la provincia de Camagüey." 

Salgo del túnel y veo varios cruceros frente al cementerio judío de Montjuïc flotando sobre el Mediterráneo, ahora estoy en la Ronda del Litoral,  y Serrat versa el estribillo “nací en el Mediterráneo/nací en el Mediterráneo”, y pienso que mi hija cuando sea grande cantará, si le gusta, con la propiedad real de tener una partida de nacimiento en un edificio modernista de la ciudad convertido en hospital, Sant Pau,  no tendrá que cantar esta canción, y sustituirla por el malecón habanero como metáfora.

Todo este rollo sobre las rondas de Barcelona y una buena canción, para decir  que mi hija  cumplió 4 años, y en su momento (23 de julio) no le escribí este post, a ese ser pequeño, delicioso, frágil y nativa digital con quien ya puedo sostener una conversación fluida por teléfono, además de compartir su visión personal de rompecabezas y juegos suyos en el iPad.

-'Papá, estaba preocupada, pensé que no me vendrías a buscar. Se lo estaba 
diciendo a la profe Elena...






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