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martes, 6 de agosto de 2013

Muere Chavela Vargas, Macorina

Frida y Chavela, del  Museo de Frida.
Chavela Vargas murió hace un año, recordé la canción Macorina, que ella internacionalizó y que la cantante peruana, Susana Baca, perpetua; pieza compuesta por Alfonso Camí, un asturiano que vivió varios  años en Cuba, en diferentes etapas de su vida,  y ha pasado a la historia con estos versos que describen bien la gracia erótica de las composiciones cubanas, con todos los tópicos típicos del Caribe, símiles de frutas tropicales como objetos sensuales del cuerpo de una mujer.
Sin duda, para los que comenzamos a escribir literatura erótica en la isla, esta canción era iniciática, y asombraba bastante, al menos a mí, por su sugerente  ponme la mano aquí, Macorina, ponme la mano aquí... 
La Macorina, personaje popular de las charangas de Bejucal, un hombre que se disfrazaba de mujer durante las fiestas locales de este pueblo de Cuba. También se cuenta que Macorina era el nombre artístico de María Calvo Nodarse, la primera mujer que condujo un auto y que obtuvo una licencia de conducción en Cuba.
Chavela Vargas también difundió corridos de la revolución mexicana de 1910 como Juan Charrasqueado, dedicadas a "machotes mexicanos";  ella, valiente y arriesgada en el amor, en un país machista como México, vivía al estilo de estos revolucionarios, siempre al límite y declaraba haber amado a las mejores "hembras", entre ellas, Frida Kahlo.
Chavela es una pérdida notable para quienes nos educamos con esa voz, que canta y recita a un tiempo, abre los brazos, y nos abraza en el recuerdo