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martes, 5 de febrero de 2013

Pedro Luis Ferer me habla de "Un país imaginado", y lloro.

Entro en la Ronda de Dalt de Barcelona viniendo de la A2, es madrugada y suele pasar que las canciones del USB, eligen una extraña hora de silencio y nulidad de coches en los túneles para llevarme sutilmente con una voz a la entrañas de una isla... Eso me lo invento yo, porque él, en toda la canción, no dice el nombre de un país, ni de una ciudad, y esa manera de entrar dentro del cuerpo con claras metáforas, hace que la pieza le sirva a cualquier lector, hispano parlante.

/ "Te hablo de un país imaginado, te hablo con la piedra en el cincel, la opción que nos concede el entusiasmo, para intentar el hueco en la pared. Dibujo un nuevo mapa en el desierto, y llego al monte y mana por mi sed, y aprendo que es posible mi deseo, imaginar la dicha y el placer, imaginar la dicha y el placer..." /

Hasta aquí todos estos versos que canta Pedro Luis Ferrer, van acompañados sólo por una guitarra, justo en este instante, entra un piano, unas claves y un bajo, pasan a un primer plano y el piano hace una improvisación jazzística leve, mientras Pedro Luis se calla -convenientemente- cediendo cómodo su protagonismo a los instrumentos.

/" Te hablo de un país de nube y sombra, te hablo con sudor en nuestra piel, opción que nos concede la memoria, para intentar salir de nuestra sed. Descifro en plano antiguo de la noche, y llego al punto del amanecer, y cambio la ceniza de los bosques, por el frondoso trazo que soñé, por el frondoso trazo que soñé..."/

Esta vez como en la primera parte la música vuelve a ser jazzseada con el matiz, de que en vez de improvisar un piano, es una guitarra que hace un solo limpio y sin efectos.

/ " Adivinar tu presencia en la ausencia, poner estrofas de lumbre en la voz, hacer estrellas si el cielo no reina, imaginar manantiales al sol. Como un alivio !bendito! de dios, simplemente, el amor, (entran palmas))))))))) Te hablo de un país de verso y prosa, ahogado por el pueblo y su saber, escrito en el silencio como idioma, del viento que presagia lluvia y miel, entono en el aroma de los cerros, mensajes de resinas por doquier, y en cada fibra del madero amargo, dibujo el pasadizo que encontré, dibujo el pasadizo que encontré..."/
Aquí entra el estribillo cantado por dos mujeres como climax final de la pieza, entre palmas y melodías leves de trompetas...
Coro- /El lienzo que llevo dentro, pasajes de otra ciudad, por fuera como un recuerdo, que intenta resucitar -aquí interrumpe el estribillo Pedro Luis para decir: /resplandor, resplandor, resplandor, intenta borrar lo que murió/
Todos, coro y Pedro Luis ... /por fuera un resplandor, una razón en cauce, por fuera un resplandor, una razón en cauce, (repite) por fuera un resplandor, una razón en cauce,...
Pedro... -Lalorey, Lalorey, Lalorey .... /Un resplandor en cauce/.... Se repite hasta que termina...

Esta joya de canción poética hasta el tuétano, pertenece al disco "Tangible," 2010, grabado por Pedro Luis Ferrer. Ella, me arrastra por esa extraña inercia y común pasadizo de la nostalgia, de la cual nada nos protege cuando llevamos la carga de muchos años sin retornar al origen, sobre todo cuando las noticas que te llegan de la familia, no son buenas, porque ya tienen bastante con un sistema podrido de verde en su mal endémico de medio siglo, para que el mal incida en los cuerpos que uno quiere hasta el infinito y sin reproches.
Para completa el círculo nostálgico en que me obligan algunas canciones, abro el mail al llega a casa y tengo la invitación para ir a Casa de las Américas de La Habana a la presentación de la autobiografía de Gerardo Alfonso, de quien soy amigo por encima o debajo de nuestras diferencias políticas, porque con ellas convivimos gracias y también, por la música.