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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Call of Duty: Black Ops: Matar a Fidel Castro...

Empuje, en Francés. Arkolano
Después de que el gobierno cubano protestara por el videojuego, Call of Duty: Black Ops, donde se intenta eliminar a Fidel Castro, el videojuego ha ganado su primera batalla. Creado por Activision, éste ha registrado el lanzamiento más exitoso de la industria del entretenimiento. En su primer día en las tiendas (salió el 9 de noviembre), y sólo contabilizando la distribución en EE UU y Reino Unido, había vendido 5,6 millones de copias y recaudado 360 millones de dólares (261,5 millones de euros). A falta de las cifras globales, desde Activision auguran que los números totales van a ser “impresionantes” (datos tomados de su web).

El gobierno “revolucionario” cubano se ha hecho experto en prohibir durante 50 años a músicos y autores literarios que a la larga forman el ejército cultural más potente que pueda haber planificado alguien para que una generación o dos, de cubanos, se haya ido beneficiando de esa otra cultura de lo prohibido como ningún otro país de Latinoamérica, y algunos países europeos.

Negar transmitir por la radio o la televisión, durante décadas, a músicos cubanos porque se habían marchado del país como: Antonio Machín, Vicentico Valdés, Celia Cruz, La Lupe, Israel López “Cachao”, Gloria Estefan, Willy Chirino, Bebo Valdés, Jon Secada, u otros que abandonaron el país más recientemente, como Paquito de Rivera, Arturo Sandoval, Lucrecia,  Gonzalo Rubalcaba, El Médico de la Salsa, Issac Delgado; censurar escritores como Guillermo Cabrera Infante, Lydia Cabrera, o extranjeros como Mario Vargas Llosa, Milán Kundera, Boris Pasternak, Jorge Edwards, no hizo más que lanzarnos a todos los curiosos e inquietos intelectualmente a buscar luz entre los escombros de lo prohibido, o en las listas negras que iba tejiendo el Estado totalitario con su publicidad de lo negativo.

El ejemplo más reciente fueron los Grammy latinos, el periódico oficial del Partido Comunista, Granma, solo hizo mención a los premios de Leo Brouwer y Chucho Valdés, y olvidó a los también cubanos residentes en el exterior, Arturo Sandoval y Alex Cuba, ambos ganadores de premios Grammy Latino.

Lo paradójico del videojuego, y lo que da motivo a este texto, es que en él, no se mata a Fidel Castro, al menos en la primera misión asignada, sino a un doble que está en una habitación de hotel haciendo el amor con una mulata cubana. El verdadero Fidel aparece después y coge al asesino de su doble.  

Ahora que lo pienso, el Gobierno cubano no tiene tanto miedo de que maten a Fidel, sino de que la gente tome conciencia de que su doble es quien se pasea por La Habana.